Las células madre de la sangre del cordón umbilical tienen
cada día más y mejores aplicaciones para el tratamiento de diversas
enfermedades hematológicas, tanto hereditarias como adquiridas, llegando
incluso a superar en su eficacia a las células madre de médula ósea, las tradicionalmente
utilizadas para este fin. Esto fundamentalmente es debido a que se obtienen muy
fácilmente, no son tumorígenas, como ocurre con las células madre embrionarias
y a que tienen una reducida inmunogenicidad, por lo que la posibilidad de
rechazo después del trasplante es menor que cuando se utilizan otro tipo de
células madre.
El principal inconveniente es el escaso número de células
madre que tienen algunas muestras de sangre del cordón umbilical, lo que
dificulta su uso en adultos, aunque cada día se están poniendo a punto nuevas
técnicas para expandir el número de células existente en la sangre del cordón
umbilical y así facilitar su uso.
Pero, además de su utilización en enfermedades hematológicas,
cada día se abren para estas células nuevas perspectivas, al vislumbrarse la
posibilidad de utilizarlas para otras patologías no relacionadas con las
enfermedades de la sangre, especialmente para regenerar órganos lesionados.
Esta posibilidad da pie a que, en principio, pueda convenir conservar la sangre
del cordón umbilical de los recién nacidos por si más adelante el donante del
cordón desarrollara alguna enfermedad degenerativa o traumática y en estas
circunstancias sus propias células madre pudieran ser utilizadas para tratarlo.
Mas información http://es.wikipedia.org/wiki/Cord%C3%B3n_umbilical